
Si hay algo con lo que suelo patalear es con el nivel de la famosa "tecnología made in Chile". Desde siempre.
Que los sistemas se caigan suele ser el pan de cada día, y por supuesto los parches son eso, parches: arreglines a media que pocas veces resuelven el problema de fondo. Los técnicos saben pocazo, pero son secos para venderla, y los clientes (que siempre tienen la culpa, por lo demás) no tienen mucho más que hacer que aceptar las explicaciones del pelado de turno.
— Es que está caído el sistema, tiene que venir mañana.
La clásica. O cuando llamas al proveedor de Internet porque llevas una hora sin conexión.
— Desconecte el router, reinicie el computador y borre las kukys.
— Ya lo hice. Sigo sin conexión.
— A ver, haga click en el botón inicio y entre a la configuración de red.
— ¿Qué quieres que revise? No tengo botón inicio.
— ¿Cómo no tiene botón inicio? ¿Usa Mac?
— No, uso Linux.
— ¿Cómo me dijo?
— Liii-nucs. El del pingüinito.
— Ah pero es que nosotros no damos soporte para eso...
Tate.
Multiplicamos esto por mil y, ¿qué tenemos? Una opinión generalizada de que las empresas de tecnología en Chile son ahí no más, que las cosas se hacen siempre a la rápida, que el servicio es malo, en fin. Chilean way, all the way.
Y para las empresas más chicas, que de verdad estamos tratando de hacer tecnología desde Chile, la cosa no es fácil porque tenemos que luchar contra ese estereotipo cuando hablamos con clientes locales, que muchas veces nos meten a todas (grandes o chicas) dentro del mismo saco.
Bootic nació por el interés de dar una solución distinta al problema del e-commerce, entonces éste tema, el tema de hacer las cosas de forma distinta, resuena en forma especial en nuestros corazones unixeros.
De ahí nos pareció interesante enumerar algunas cosas que sentimos que nos hacen distintos, donde creemos que marcamos una diferencia, y de paso destacar también a otras empresas chilenas que andan en la misma. Intentando subir la vara.
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